DECISIONISMO O EVANGELIZACIÓN BÍBLICA
- enlaceseguromx

- 5 sept
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DECISIONISMO O EVANGELIZACIÓN BÍBLICA.
Denominamos así a la práctica que tiene como propósito que las personas que escuchan el “evangelio” tomen una decisión para “salvación” por medio de una oración de “confesión sincera”, reconociendo o aceptando algunas verdades de las Escrituras superficialmente.
El decisionismo es contrario a la evangelización bíblica. Es la obra del hombre para alcanzar indebidamente al perdido. No descansa en el poder del Evangelio sino en las estrategias y artimañas que el hombre ha añadido al mensaje del Evangelio verdadero, con el fin de que el incrédulo haga una oración y deposite en ello toda su confianza para salvación y no en la obra redentora de Jesús en la cruz.
A mi entender esta práctica ha llevado a muchos a una falsa fe, a depositar su confianza en una práctica anti bíblica y, por lo tanto, a crear una generación de falsos creyentes, que han encontrado un lugar donde pueden disimular su vida pecaminosa llevando una Biblia bajo el brazo, llamándose «cristianos».
Los que practican esta forma de evangelización dicen que lo hacen con buena intención, pero no por eso son justificados. Es cierto que no podemos juzgar las intenciones, hay uno solo que lo hace, Dios, y Él nos ha dado su Palabra, la espada del Espíritu para que por medio de ella podamos “discernir los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Hay un hecho del Antiguo Testamento que poderosamente me llama la atención en cuanto a este asunto, es el de un hombre llamado Uza que tocó el arca cuando David la traía a Jerusalén, y murió al hacerlo. ¿Tuvo buena intención este hombre? Muchos afirman que sí, pero si discernimos a la luz de la Biblia, este hombre pecó, por eso murió. Dios no lo mató por su buena intención, lo mató porque transgredió la Palabra de Dios intencionalmente. El sabía que no tenía que tocar el arca de Dios, eso sólo le estaba permitido a una familia dentro de los levitas. Sabiendo esto o no, cayó muerto, si no lo sabía ahora lo sabe y es muy tarde para arrepentirse de su presunción.
Tomemos esto para nuestra enseñanza, porque para esto se escribió ¿Es buena nuestra intención cuando estamos «engendrando» hijos para Dios por medio de una decisión fruto del sentimiento del momento? Porque esto es en el fondo lo que el decisionismo pretende hacer, llenamos tarjetas de “decisiones”, todas las que podamos, no lo podernos negar. Pero no importa en absoluto cuan buena sea nuestra intención si con ella transgredimos la Palabra de Dios. El mundo está lleno de personas que dicen tener “buenas intenciones”. Los que están propugnando por un mundo lleno de valores, ¿no creen que tienen buenas intenciones? Claro, dirán, ‒no robes, se honesto, ayuda a los demás, cuida el medio ambiente‒ parece que viene de un buen corazón, pero el hombre, al no conformarse a la justicia y voluntad de Dios, lo hace todo para sí, buscando su propio bienestar. Su intención no es agradar a Dios ni buscar su gloria, es por eso que todo lo que hace está viciado.
El Señor declara en Isaías “vuestras justicias son como trapo de inmundicia”, entonces nos preguntamos, ¿por qué será que lo mejor del hombre es suciedad ante Dios? Porque no se conforman a su voluntad y “todo aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es pecado”. Así que no importan nuestras buenas decisiones si no se conforman a la verdad de Dios, son inmundicia delante de Él.
Qué va a pasar cuando seamos juzgados por Dios y no veamos en su presencia a aquellos que hicieron un oración con nosotros. Cuando veamos a muchos de ellos siendo apartados para condenación y arrojados al infierno. Personas a las que llamamos hermanos y les aseguramos su salvación basada en la “sinceridad” de su oración.
Podemos hacernos la pregunta todos los que hemos practicado y siguen practicando este tipo de evangelización ¿Dónde está la mayoría de personas que tomaron una “decisión para salvación” en nuestras actividades evangelizadoras? La respuesta es obvia, ya la dimos. Otra pregunta ¿Por qué insistir en una práctica que ha generado una multitud de falsos creyentes? ¿Acaso no tememos al Dios que predicamos? ¿Tanto nos cuesta arrepentirnos y reconocer nuestra culpa? ¿Tan orgullosos somos? ¿Vale más nuestra reputación ante los hombres que la Gloria de Dios?
Él es un juez justo y no tendrá por inocente al culpable, y nosotros somos culpables de reducir el glorioso Evangelio de Jesucristo a un decisionismo infructuoso y estéril, que ha resultado en el engaño de miles de personas, y no es cualquier engaño, estamos hablando de la eternidad de cientos de miles que les dijimos que reciban a Cristo como su Salvador por medio de una sencilla oración, que repitan estas palabras, que solo les llevará cinco minutos de su vida, y en muchos casos les llevará a una eternidad de condenación, ¡Arrepintámonos de esto! y ¡Que Dios se apiade de nosotros y volvamos a su reprensión!
Así no nos apartaremos de ti;
Vida nos darás, e invocaremos tu nombre.
¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.*
Salmo 80:18-19


